lunes, 14 de marzo de 2011

EL PRIMER AMOR


¿Quién no se ha enamorado alguna vez?. A quién no le ha palpitado el corazón cuando está cerca de alguién especial, a quién no se le ha iluminado el rostro con sólo recibir su saludo, quién no ha sentido maripositas en el estómago al verlo, o a quién no le ha brotado la felicidad por los poros.

Amar por primera vez es una ilusión maravillosa, es un sentir que sobrepasa lo natural, son unas ganas constantes de estar cerca, de hablar con él todo el tiempo, de contarle todo lo que nos pasa, de poner todo en sus manos.

Cuándo nos enamoramos de Dios por primera vez, nos sentimos como niños en sus brazos, libres y seguros. Disponemos nuestra vida para obedecerle, hablamos con él a cada instante, a tal punto, que se convierte en nuestro confidente fiel. Cantamos alabanzas en su nombre, hacemos hasta lo imposible por llamar su atención, todo para agradarle.

Pero con el paso del tiempo llegan los conflictos. Una cruda y sutil frialdad entra por la ventana de nuestro corazón sin que nos demos cuenta y nos congela. En ese estado catatónico nos parece más atractivo mirar televisión, entrar en Internet, revisar Facebook, el correo y el msn, para hablar con nuestros amigos, que entrar en la presencia de Dios, y así, poco a poco nos distanciamos de Él.

Pareciera que la felicidad que antes irradiábamos hubiera huido, y el brillo de nuestros ojos se opacara. Y surgen preguntas: ¿Dónde quedaron nuestros sueños?, ¿Para dónde se fue nuestro corazón dispuesto?, ¿En dónde quedaron esas ganas de exaltar y hacer prevalecer el nombre de Jesús?...

A pesar de eso, hoy Jesús a venido a tocar nuevamente a la puerta de tu corazón, no para que le abras, porque él ya está sentado a tu mesa, y tú lo ignoras, ahora te está invitando a que te sientes, hables y cenes con él, no importa cuánto te hayas apartado de su presencia, no importa cuánto le hayas fallado, no importa cuántas veces te hayas caído, él está allí para levantarte, para darte nuevas fuerzas, para que te reconcilies con él.

Jesús está dispuesto a llenarte de su gloria, de su poder, no importa cuántas veces intentes huir de él, él estará delante de tí y si le das oportunidad te levantará tan alto como a las montañas. Él te enseñará que se puede amar por segunda vez, con más fuerza, con más madurez, con más compromiso y con más responsabilidad.

Si te has alejado es hora de que vuelvas a él, el que ha pagado un alto precio en la cruz, espera por tí!!!